Las reformas educativas que se han dado en nuestro país y a
igual que en otros, responden en sus bases a la necesidad de que el sistema educativo
sane y responda a las necesidades económicas, políticas, culturales y de globalización
de cada país. Ahora en México, la reforma en preescolar iniciada en el 2004
manifiesta características de respuesta a estas necesidades, es un programa con
carácter nacional, flexible e instaurado en la constitución; con estos se da
pauta a expresar las medidas de acción para sanar necesidades educativas y de
respuesta para los diferentes sectores.
Si bien la RIEB es una cuestión de política educativa,
debemos también comprender y ser conscientes de que la Reforma no está en los
libros, en los programas, si no en la misma acción del docente, pese a las
condiciones en que están nuestras escuelas, pese a las inconformidades de diversos
sectores, pese a nuestra poca profesionalización.
La propuesta de reforma demanda una mejor y mayor preparación
de los futuros docentes y de los que están en servicio. Con esta peque idea
quisiera compartir mi experiencia como formadora de docentes en la Escuela
Normal Ávila Camacho, en el periodo de enero a julio de 2010. Esta pequeña
experiencia me permitió observar detalles de mi formación y del propio proceso
del que sería parte de 50 futuras educadoras.
Ser muy joven para regresar a mi escuela formadora con el
grado de docente de la licenciatura implicaba un gran compromiso, mi trabajo demandaba
más y mejor preparación por la mañana y por la tarde. Mi jornada iniciaba en el
municipio de Enrique Estrada con el grupo de 3er año de preescolar de 9 a 12 de
la mañana y por la tarde de las 13 hrs a las 18 hrs en la normal con los grupos
de 4to y 6to semestre. El compromiso era sencillo ¿predicar con el ejemplo?,
cuantas veces dentro de la lecturas que yo realizaba con estudiante se
mencionaba el hacer dentro del aula,
que si una metodología, que si una teoría, que si una modalidad, que si un
enfoque; eran muchas las “recetas”; pero en la realidad que aplicaba yo, no era
sencillo corregir las planeación de las estudiantes, pues la planeación desde
el PEP 2004 es un proceso flexible, mental y personal; pero si tenía la posibilidad
de compartir lo vivido yo en mi aula, de compartir sugerencias sobre como
transitar en el aula.
Esta pequeña experiencia me permitió valorar las oportunidad
que tenemos como docentes, de las herramientas que en verdad necesitamos en
nuestra formación y de lo poco comprometidos con la labor. Lo que me ha
permitido aplicar el PEP 2004 son las herramientas cognitivas y de análisis que
adquirí en mi profesión, si bien las estrategias didácticas leídas en los texto
me han apoyado como referentes, la preparación académica sobre la comprensión
de texto, el análisis de las propuestas y metodologías de enseñanza que se
planean en los programas y la reflexión hacia mi acción es la base de la transición,
ya que es de manera sencilla el cómo comprendo mi papel dentro del aula y fuera
de ella.
Esta frase nos hace recordar este último punto, la valoración
de nuestro trabajo, no solo por la comunidad sino por nosotros mismos, fuera de
quejas administrativas, fuera de condiciones precarias de las comunidades o de
la falta de materiales en las escuelas, nuestra función en la sociedad es de
igual o mayor valor que de otras profesiones. Un médico, un ingeniero, un
docente, tienen los mismo compromisos, y lo sabemos los tres deben realizar un
diagnostico y plan de trabajo, poner en acción su labor, orientar, guiar y
apoyar, para sanar las dificultades, mejorar las condiciones de vida de una
comunidad. Parte de una transición es el querer personal, la convicción y el
empeño; ya que, mucho de ello depende la imagen que formamos en nuestros
alumnos, en nuestra comunidad en nuestra vida.
EL LIDERAZGO NO SE
OTORGA SE GANA, es por ello que mi compromiso no será menor que al día de hoy, y si el presente es tan constante y el futuro es el hoy; entonces mi compromiso es.
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