El lenguaje
es una de las herramientas de comunicación principales que mantiene viva a una
sociedad, es decir, las expresiones orales logran transmitir entre generaciones la cultura propia de su
comunidad, la tradición de su sociedad, los proyectos de su país. Es sencillo
enumerar las posibilidades y beneficios que obtenemos de una comunicación entre
pares o bien de las relaciones comunicativas de adultos a infantes, pero que
tanto se han desarrollado las ahora llamadas competencias comunicativas.
Iniciemos definiendo una competencia
para así ir desarrollando poco a poco esta idea de la adquisición de
competencias comunicativas, para concluir con una breve reflexión personal sobre las prácticas educativas
actuales. De esta manera podemos valorar
el sentido que hemos dado y damos a nuestras intervenciones educativas, apreciar
si poseemos como docentes esta competencia comunicativa y logramos
desarrollarla en nuestros estudiantes.
Brevemente tenemos que mencionar que
este concepto de competencia se ha desarrollado bajo un proceso de reforma
educativa, puesto en marcha en nuestro país a partir de la publicación del
Programa de Educación Preescolar 2004, mismo que se desarrolla con un enfoque didáctico
de trabajo por competencias, al que le siguieron los programas en nivel de
secundaria 2006 y primaria 2009, para llegar al año 2011 con un proyecto de
reforma integral a la Educación Básica, del cual se han desprendido nuevos retos
en la formación de los docentes de México.
Una competencia se establece como la
capacidad que tiene una persona de actuar con eficacia en cierto tipo de
situaciones mediante la puesta en marcha de conocimientos, habilidades,
actitudes y valores (Guía para la Educadora, SEP 2011:14). La comunicación se entiende
como el proceso mediante el cual se transmite información, siendo un
intercambio al menos dos individuos, por el que se logra intercambiar opiniones
y sentimientos que hacen un cumulo de información mediante diferentes signos,
como la escritura o el habla.
Uniendo ambas concepciones nos hace
ver que una competencia comunicativa no sólo es un acto de hablar, pues
conlleva más habilidades como la interpretación, decodificación, recepción,
construcción y formulación, entre algunas. Una competencia comunicativa se desarrolla
al darle un uso social al lenguaje; ya
que, esta es una actividad cognitiva y reflexiva del ser humano para integrarse
y acceder al conocimiento de su cultura y de otras. Es un acto de aprender, al
lograr que el alumno represente el mundo que le rodea, participe en la construcción
de su propio conocimiento al organizar su pensamiento y reflexione sobre la creación
discursiva propia y de los demás.
La escuela se convierte en unos de
los espacios a favorecer y desarrollar estas habilidades de comunicación en los
alumnos, al identificarse como el espacio formal de enseñanza y aprendizaje;
sabiendo que en este nuevo enfoque educativo, se privilegia el autoaprendizaje
y aprendizaje colaborativo, hacia el desarrollo de habilidades cada vez más
amplias, al participar en situaciones comunes y complejas diseñadas por el
docente. Es en este momento del diseño, cuando se hace la reflexión sobre el
nivel de competencias que posee un docente, en sentido de subrayar las posibilidades
de incrementar las habilidades, actitudes y procesos de sus alumnos, para
lograr una comunicación eficaz.
En las prácticas educativas actuales
dentro del nivel preescolar se han vertido muchas interrogantes, desde las
adecuadas o inadecuadas intervenciones del docente, del diseño de situaciones
comunicativas, hasta la interrogante sobre si es deber enseñar a leer y
escribir en este nivel. Pero bueno esta última será un interrogante que aun
quede en el aire para desarrollar en próximos textos.
El trabajo desarrollado en este
nivel educativo, debe brindar al alumno las mayores posibilidades de interacción
en diferentes situaciones de comunicación, por lo que el diseño de estas debe originarse
en una problemática, misma que permitirá al alumno, hacer prácticas las
habilidades que posee y aumentarlas con el nivel de complejidad y la adquisición
de nuevos conocimientos. Un ejemplo de eso es la lectura en voz alta, que más
que un acto de leer y escuchar, se lleve al alumno al proceso de comprensión,
pues al desarrollar esta competencia sabremos que se logra un conjunto amplio de habilidades comunicativas.
Hay que reflexionar sobre el sentido
que damos a nuestra intervención desde el inicio de la mañana hasta su cierre
al medio día, pues las competencias comunicativas que poseemos como docentes,
serán de gran influencia para nuestros alumnos. ¿En qué medida se logra la comunicación
en el aula? Es básico saber que no depende de la edad de nuestros alumnos o del
docente, pero sí de la preparación y del compromiso que asumimos como tal; ser consientes
de no infantilizar nuestro vocabulario, de hacer las correcciones pertinentes,
de utilizar un vocabulario adecuado al contexto social y al deseo de querer
saber más.
Desarrollar competencias
comunicativas es un camino por el cual se involucran diversos actores, desde el
docente hasta la comunidad, siendo este su representante inmediato los padres
de familia. Con ello reforzamos el valor educativo del trabajo en triada (docente-alumno-familia),
pues la relación comunicativa y cooperativa se debe enlazar con el único propósito
de mejorar las condiciones de aprendizaje en los niños. Al incluir a los padres
de familia nuestra intervención debe ser involucrar a la comunidad en el
proceso de enseñanza y aprendizaje, para crear las condiciones reales de
aprendizaje.
Al igual que un proceso, las competencias
se desarrollan a lo largo de toda la vida del individuo, pues las situaciones
que se le presenten le demandaran la aplicación de habilidades, actitudes y
valores específicos. Es así, como el valor de las competencias comunicativas
tiene un lugar privilegiado en la educación básica, ya que a través de ellas el
alumno podrá recopilar, aplicar, diseñar y organizar la información que
convenga para lograr un propósito establecido, inmerso en los cuatro pilares de
la educación: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y
aprender a ser (Delors, 1994:91-103).
¿Porqué los alumnos eligen estar en la biblioteca, siendo hora del recreo?
Si desaroolamos como docente la Competencia Comunicativa que identificas, entonces ellos los alumnos entenderán la consiqna del qué hacer y si hacemos que ellos la desarrollen estamos creando un clima de florecimiento intelectual porque todos aprenden de todos.
ResponderEliminarMe es interesante tu aportación
ResponderEliminar